[one_half]Ocupando un rol prominente en la presentación que EA llevó al E3 de este año, la nueva entrada en la serie de Need For Speed nos trajo algunas sorpresas para aquellos que hace tiempo dejamos de seguir la progresión de la serie. Y en Nación Pix te traemos las experiencias e impresiones que hemos recabado de esta nueva entrada para una de las icónicas sagas de alto octanaje del gaming.[/one_half]
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Esta nueva entrega de la serie llega intentando recuperar el sentido de aventura y adrenalina de las primeras entregas y le suma acción cinemática y personajes con personalidades variadas que nos llevan al Valle Fortune para vivir en carne propia el paraíso de los apostadores, carreras de todo tipo, casinos y enfrentamientos competitivos contra bandas rivales de las cercanías, juegan un papel central en la experiencia que nos brinda Payback.
Este juego salió al mercado desde el pasado 10 de noviembre para PlayStation 4, Xbox One y Microsoft Windows. Para esta reseña estamos retomando nuestras experiencias e impresiones en la versión para la consola de Microsoft, por lo que, como de costumbre, nuestras experiencias podrían variar ligeramente contra las que ofrece este juego en otras plataformas.
Recién iniciando el juego, nos pondremos tras el volante de tres vehículos muy diferentes y que sirven para propósitos muy diferentes. En el tutorial de inicio, tendremos un automóvil de carreras que nos llevará rápidamente a rebasar el límite de los 200 Kh/hr fácilmente, también experimentaremos un vehículo todoterreno que nos permitirá dar saltos sobre las dunas del escenario donde se desenvuelve este primer acercamiento al juego, y, finalmente, un poco más adelante, tendremos un bólido reforzado con gran resistencia que nos permitirá huir de nuestros rivales o enemigos en las persecuciones; tan solo se trata de una probada de lo que nos esperará durante el resto del juego.
Así pasamos por algunas secuencias cinemáticas y al poco tiempo estaremos conduciendo un súper automóvil que será un elemento protagónico en el resto de la trama (y que incluso pudimos observar como la misión demo que llevó EA a varios eventos de videojuegos para hacer alarde de las gráficas y secuencias de acción que brinda este juego a aquellos que lo experimentan). Esta variación entre estilos de manejo, se vuelve interesante pero debido a la falta de profundidad de la estructuración de estas secuencias, causa que más de un jugador pueda sentirse anonadado con tantas opciones; sin embargo, para quienes disfrutan ese tipo de características, se les brinda un gran aliciente para personalizar a detalle no sólo los aspectos técnicos de los carros, sino también las configuraciones y estilos de competencia en el gran mundo abierto que nos presenta Payback.
La historia nos llevará tras el volante junto a Tyler Morgan, quien es considerado el mejor piloto de la ciudad, y los compañeros de su banda urbana, Sean ‘Mac’ MCalister y Jessica ‘Jess’ Miller, quienes nos ofrecerán una buena variedad de variaciones en el gameplay pues cada uno está centrado en misiones de tipo carreras de velocidad, carreras a campo traviesa y situaciones de escape, respectivamente. Esta variedad, junto con la personalidad de los personajes, es destacable contra entradas previas de la serie; gracias a la exposición que cada personaje tiene durante las carreras y misiones, podemos llegar a identificarnos y escoger a nuestro conductor preferido para dominar las calles (y carreteras) del Valle Fortune.
Los controles son responsivos y una vez que el jugador se acostumbra a la conducción específica de cada automóvil, dejan de haber choques sin sentido y las curvas se vuelven nada más que una extensión de nuestros derrapes más audaces; sin embargo, la curva de aprendizaje es pronunciada y sólo aquellos fanáticos de los simuladores de carrera y juegos de velocidad podrían sentirse bien atendidos por esa cuestión.
Need for Speed Payback nos llevó a revivir las experiencias que dejamos de presenciar desde que Need for Speed Carbon salió al mercado hace ya más de diez años, en 2006. El videojuego nos trajo gratos recuerdos del gameplay que en su momento gozábamos en las consolas de la época; en esta entrega observamos y apreciamos la inclusión del mundo de carreras underground característico de la serie pero situado en un ambiente con un mapa de mundo abierto muy vasto que nos permite avanzar a nuestro propio ritmo en paisajes bien trabajados y con pocos problemas en la conducción de los vehículos que vamos consiguiendo a lo largo de nuestra experiencia.
Algo que hizo que nuestra experiencia con el juego mejorara, fueron los controles pues, siguiendo una lógica básica en el timing para frenar, acelerar y derrapar nuestros vehículos, no tuvimos mucha dificultad durante la campaña del juego, salvo algunas carreras contra pilotos errantes que tenían vehículos muy por encima de las carcachitas con las que los desafiamos, la dificultad del juego en sí, nos permite disfrutar de las misiones y el mundo con un poco de desafío y una buena dosis de recompensas al logran imponer nuevos records de velocidad y tiempo en las misiones.
Un aspecto a destacar es la inclusión de los autos de desguace, que son simplemente chasises oxidados de viejos automóviles que tras vencer a cada jefe de las bandas rivales, se nos otorgan pistas para buscarlos por el Valle Fortune; así, en estas submisiones de exploración, logramos encontrar el lugar donde se ubica el esqueleto de estos carros, que luego nos darán más pistas sobre dónde conseguir partes que les convertirán en verdaderas bestias del asfalto. Estos automóviles son los que más mejoras tienen disponibles y con los que seguramente muchos jugadores terminarán sus misiones y retos. Visualmente y como manera de incorporar algunos elementos de RPG, estos vehículos otorgan una adición interesante a la vieja fórmula de la serie.
Las gráficas, principalmente enfocadas hacia los autos, son buenas y, visualmente, el juego nos entrega una gran calidad de fidelidad de imagen. Las carreras a toda velocidad sobre montañas, entre desiertos y sobre todo en las autopistas, nos brindan escenarios bien ambientados y que van acordes a lo que se espera del motor Frostbite 3 para las consolas de esta generación. Y aunque el mismo pasa su cuota en la calidad de los diseños de los personajes, los automóviles se ven espectaculares, tanto en exposición dentro de nuestros garajes, como sobre el asfalto. Incluso detalles como el polvo y tierra que nuestros vehículos acumularán durante las carreras, podrán apreciarse si entramos a alguna de las muchas escenas cinemáticas que tiene el juego antes de cada carrera.
Finalmente, uno de los grandes atractivos que encontramos en esta entrega es el grado de personalización que podemos encontrar en nuestros garajes, y es que el número de combinaciones es inmenso, si alguna vez has soñado con tunear algún auto de carreras clásico, como un Ford Mustang 1965 o un Chevrolet Bel Air 1955 que puedan adoptar casi cualquier combinación imaginable de acuerdo a tu propio gusto, Payback seguramente te acercará mucho a esa meta. Desde aspectos básicos como el color principal del auto, hasta detalles como diseños simples para soltar tu lado más creativo y construir diseños únicos con vinilos sobre el capó de tu bólido de carreras, son las facilidades que nos ofrece este juego.
De entrada, los gamers latinoamericanos, notaremos que la versión doblada a nuestro idioma se ha logrado mediante un elenco compuesto casi completamente por voces ibéricas, y salvo algún personaje rival que encontraremos en el camino, siempre nos tocará escuchar la jerga española del mundo de las carreras en este juego. Nosotros no tenemos problema alguno pero en ocasiones, este detalle mola, pero podría haber algunas personas que consideran que esta situación no es su estilo, creemos que es raro que no se haya hecho un esfuerzo por localizar el título a la región, pero no queda sino más bien como una nota el pie de nuestra experiencia en este juego.
En cuanto al juego, per se, las misiones cuentan con una variedad decente gracias a la decisión de los desarrolladores de encarnar a pilotos y estilos de conducción diferentes de acuerdo a cada tipo de objetivo. A pesar de este esfuerzo, no pasó mucho tiempo desde que comenzamos a jugar para que sentiéramos cierta impresión de que las misiones resultaban muy repetitivas, un hecho que se subsana por medio de la progresión cinemática de la trama, pero que no deja de ser una realidad latente cuando el sistema de progresión y mejora de los automóviles incluye recompensa aleatorias tras el término de cada carrera, orillándonos a jugar varias veces algunas de las misiones del juego y acentuando aún más la sensación de que las misiones resultaban repetitivas.
El audio en este juego no ha sido acertado, desde el diseño de audio de algunos puntos de la ciudad, donde no sabes si los ruidos provienen de tu vehículo o de la competencia, hasta problemas al ajustar el volumen del audio de las voces de los personajes contra el sonido ambiental o la música, pasan a dejar una mala pasada en momentos cumbres de las cinemáticas. De igual manera varias de las canciones presentes en la banda sonora de Payback bien pasan desapercibidas, y salvo cuando coincide el amanecer con la aparición en la radio de Valle Fortune de la canción Gravedigger, de P.O.S., buena parte de la música ha sido bastante olvidable y ninguna ha quedado en nuestra memoria. Los motores rugen, pero el resto del juego, pierde un poco de personalidad al no poderse escuchar correctamente.
“El elefante en la habitación” para definir la impresión que ha causado esta entrada en la serie para los fanáticos de Need for Speed, es sin dudas la inclusión de las Speed Cards, que son las recompensas aleatorias que obtenemos tras de cada carrera principal y misión que funcionan realmente de manera similar a lootboxes, la reacción de la comunidad es tajante y prácticamente en unanimidad se ha sentenciado este sistema en el juego. Sin embargo, nuestra experiencia con este elemento, fue más bien poco trascendental, es un sistema que está presente y es básico para mejorar el desempeño de nuestros vehículos, pero más que ser imperdonable, a nuestra percepción es solamente molesto en ocasiones.
Las Speed Cards son fáciles de conseguir y se encuentran disponibles tanto con dinero real como con la moneda del juego en tiendas que van actualizando su inventario regularmente de acuerdo al ciclo de día y noche instaurado en el juego, aunque requieren bastante grinding para llevarnos al resultado óptimo, no es diferente a otros géneros donde se utilizan métodos de recompensa más convencionales. De cualquier manera, la inclusión de estas mecánicas para un sistema tan integral del gameplay como es la mejora de las capacidades de nuestros automóviles, queda como antecedente de lo que la comunidad no espera sea integrado a proyectos futuros, como parte de esa comunidad, coincidimos en que esta adición ha sido, al menos, innecesaria.
Payback trata de ser un título que aborda demasiadas temáticas y no logra revolucionar su género, o al menos enfocar al jugador hacia aquello que debería darle más prioridad. Sus controles son buenos y las capacidades de personalizar prácticamente desde cero, cualquier vehículo, nos abren un gran mundo de posibilidades para los fanáticos más acérrimos de los juegos de carreras y aquellos que busquen pasar un buen rato a 160 Kh/hr, pero bien podrían desalentar a otros gamers de subirse a esta nueva aventura que EA y Ghost Games han preparado para nosotros.
Consideramos a Payback una gran entrada en la serie, y queda situada como un proyecto sólido, aunque con defectos claros. El juego pretende ser demasiado ambicioso y, en varios aspectos, no termina de madurar las ideas que en papel podrían volver a Payback un título sumamente interesante. El gameplay tipo Arcade es divertido y vencer a nuestros rivales con esa vuelta perfecta en el útlimo lap antes de pasar la notificación de los 500 mts finales hacia la meta, es bastante satisfactorio; si agregamos la experiencia cinemática que nos ofrece, el modo de un solo jugador resulta atractivo, la cantidad de cosas por hacer, e incluso coleccionables y objetos rompibles con los que interactuar en el overworld es bastante apreciable para agregar un reto adicional a los objetivos principales del juego, y nos otorga pequeñas escenas cinemáticas como recompensa. Si el sistema de lootboxes no afecta tus impresiones de juego, la animación un poco torpe de los personajes te resulta indiferente, y el grinding te parece natural, seguramente disfrutarás de Payback.
Concedemos a este juego el Pixel de Bronce, por brindarnos una divertida experiencia como juego de carreras con objetivos tipo arcade, pero que desafortunadamente no termina de aterrizar sus ideas para brindarle a la serie que representa una renovación adecuada, consideramos que buena parte de las mecánicas de Payback son la dirección correcta en la que deberá avanzar la franquicia, sin embargo, quizás un poco más de desarrollo en el motor del juego y menos experimentación al incluir elementos de otros géneros, podrían dar un resultado más certero.
Agradecemos el gran apoyo de parte del equipo de EA al brindarnos un código para probar y analizar este título. La reseña fue realizada siguiendo los lineamientos establecidos en nuestro Código de Ética; si quieres conocer más sobre nuestro sistema de calificaciones, da click aquí mismo.