Pocas veces en la vida, uno encuentra esa chispa que hace que el corazón se te acelere: tus pupilas se dilatan y entiendes que estás por colocar todo tu interés en aquello que te ha deslumbrado. Y no me refiero en absoluto al amor, sino a esa sensación de que un juego está hecho para ti, ¡todo! Desde la música, el “art style”, los personajes, la temática central y hasta las mecánicas de juego te envuelven y no puedes esperar a poder experimentar esa aventura y, aún mejor, ¡es que sale el día que supiste que existía!
Esto justamente me pasó con Raji: An Ancient Epic publicado por parte del equipo de Nodding Heads Games y siendo su proyecto debut, llega Raji para salvar al mundo de los demonios de la cultura hindú. Recibiendo las bendiciones de los devas, nos enfrentaremos a una saga épica basada en varias de las historias presentes en las tradiciones de la India.
Mezclando elementos de juegos de plataformas, combates tipo hack & slash, resolución de puzzles y con físicas que nos permiten movimientos que nos recuerdan las físicas de los antiguos juegos de Prince of Persia (y hasta las primeras entregas de Assasin’s Creed), podremos conocer un bello juego indie con mucho que ofrecer y que, aunque no todo funciona, es una interesante opción para aquellos que quieran darle una oportunidad.
El juego salió al mercado el pasado 18 de agosto, justo tras el segmento que se le dedicó durante la presentación de Indie World de Nintendo y se encuentra disponible temporalmente como un título exclusivo en el Nintendo Switch. Considera que las opiniones que expresamos en esta reseña, recopilan nuestras impresiones en la versión para la consola híbrida de la “Gran N”, por lo que, como de costumbre, nuestras experiencias podrían variar contra las que ofrecerá este juego cuando se encuentre disponible en otras plataformas, pues pronto lo veremos en las plataformas de Sony, Microsoft y Steam.
Raji retoma elementos muy variados presentes en otros juegos de acción aventura y los muestra en una presentación que visual y musicalmente causan una agradable impresión para aquellos que no conocemos mucho sobre la cultura y creencias hindús. Comenzaremos nuestra aventura a manera de un teatro de sombras, cuyo estilo se mantendrá durante el juego suplantando como tal a las secuencias cinemáticas, pero que va muy de la mano con el tono cultural del juego, así que es bastante bienvenido y para complementar, en las secciones de plataformeo, combate y resolución de puzzles podremos cambiar a un estilo caricaturesco muy colorido y con cierta pincelada de cel shaded.
En esta aventura, nuestra protagonista Raji, verá su aldea natal siendo atacada por una invasión de demonios que comienzan a atacar a los aldeanos y a aprisionar a los niños del pueblo, su hermano Golu se encuentra entre aquellos que se han llevado los demonios. Tras ser rescatada por la mismísima Durga, diosa madre de todo el universo, Raji comienza a entender que su pasado como acróbata podría no ser suficiente para rescatar a su hermano. Por lo que comenzaremos el juego con un tutorial para explotar todas esas habilidades que Raji ha pulido durante años, que junto a varias armas y bendiciones que tanto Durga como Vishu, (dios de la protección y la bondad y una de las deidades más importantes), le otorgan durante esta campaña, le permitirán pelear contra las fuerzas del inframundo hindú para salvar a su única familia, y quizás también al mundo y a los cielos.
Dada esta breve introducción, podrás notar que mi primera impresión del apartado gráfico y audiovisual me dejaron fascinado. Durante el juego tendremos un buen balance de lugares coloridos y súper iluminados, así como de entornos oscuros y diseños variados de personajes aliados, enemigos e incluso jefes. Para ser un juego indie, sus desarrolladores se tomaron muy en serio la inspiración en el hinduismo y esto se ve reflejado cada uno de los escenarios, personajes y el diseño de audio que le ofrecen al jugador.
El combate es también un elemento que me resultó sorpresivamente variado. Aquí contamos con los clásicos ataques rápidos y fuertes (asignados a los botones Y y X, respectivamente) pero que los podrás combinar en todo momento con esquivas, saltos sobre muros y superficies diversas, ataques aéreos, habilidades especiales de cada arma y, por supuesto, las bendiciones que nos otorgan varias deidades durante nuestro camino, al igual que como un ataque devastador de AoE (area of effect) con el que aturdiremos, congelaremos, o electrocutaremos a un gran número de oponentes al mismo tiempo si s consiguen suficientes golpes durante un combate. Contaremos con cuatro armas, que podremos seleccionar en cualquier momento y cuyos atributos especiales podrán ser potenciados por esferas especiales que podemos encontrar explorando los niveles del juego y que pueden ser activados, potenciados y desactivados en cualquier momento del juego.
Aunque el punto más fuerte del juego en mi opinión, es la manera tan accesible de presentarnos una cultura con la que muchos de nosotros no estamos nada familiarizados. Para reforzar esta idea, incluso se cuenta con los narradores de la historia, Durma y Vishu, que nos acompañan a cada momento y se ocupan incluso de mencionar las intrincadas palabras de esta cultura, como personajes, lugares, armas y acontecimientos para que no tengas que quebrarte la cabeza tratando de imaginar cómo se pronuncian esas palabras.
Hay segmentos de transición entre los combates, las áreas donde haremos maniobras de plataformeo y tras resolver algunos acertijos que se encuentran especialmente dedicados a contarnos historias de la tradición hindú y son completamente opcionales, por si no te llama la atención interactuar con estar estatuas, murales, santuarios, etc. En lo personal, te aconsejo dedicarles algunos minutos a estos elementos para aprender de una cultura que no suele ser muy representada en los videojuegos.
Como antes mencioné, no encontraremos cinemáticas tradicionales en este juego, sino secuencias que se presentan como marionetas en un teatro de sombras donde los personajes centrales nos irán contando la historia. Lamentablemente, me quedé con la impresión de que algunos jugadores puedan sentir estas partes un poco lentas y que quizás se aprovecharía mejor la tarea de contar una historia con animaciones completas de estos acontecimientos.
Es aquí donde se retuercen un poco mis entrañas por exponer tan crudamente las fallas de este juego, al que hasta el momento, prácticamente sólo he bañado en aplausos, pero es que Raji, sufre de muchos otros problemas bastante presentes en otros juegos indies, que aunque son entendibles por la escala de los equipos de producción y a veces los presupuestos más apretados que tienen estos juegos. Sin embargo, no pueden pasarse por alto y deben formar parte de la retroalimentación que debemos hacer como medio a los desarrolladores para mejorar.
Hay dos puntos que me parecieron muy poco intuitivos en Raji, y, desafortunadamente, ambos deberían ser imperdonables para juegos de acción y aventura, la cámara y los controles. La primera siempre se mantiene fija y resulta moderadamente acomodada siguiendo la propia voluntad del juego, por lo que nunca te encuentras en el poder de poder experimentar el entorno en el que te encuentras, lo que sin lugar a dudas es una oportunidad perdida al negarnos la posibilidad de ver más sobre el bello mundo al que nos lleva la aventura de nuestra heroína Raji. Encontraremos varias pantallas de Game Over simplemente porque la cámara no nos permite suficiente información como para tomar una decisión al primer intento, y quizás esto pase muchas más veces de lo que necesitas experimentar durante la partida.
En cuanto a los controles, desde el inicio se sienten muy forzados y a veces inconsistentes con la gracia que debería tener una acrobáta bendecida por los devas. En ocasiones, las físicas del juego se sienten sumamente flotantes para de inmediato servir de nada y hacerte sentir como una piedra en el vacío debido a la geometría de los entornos del juego, especialmente en los tramos de plataformeo, es probable que, como yo, encuentres muchas caídas que parecen no tener sentido, y el hecho de que algunos de los comandos de movimiento requieren sólo presionar un botón y se presentan semiautomáticamente, hay otros que tienen un timing especifico, y al menos al inicio del juego podrán fastidiar a más de uno, y aunque es verdad que una vez dominados estos tiempos, dominar un obstáculo por medio de acrobacias es sumamente satisfactorio, me hace preguntarme seriamente si tanto esfuerzo al inicio de la partida realmente valió la pena.
Asimismo, aunque Raji nunca se presenta como una aventura de mundo abierto, el camino es bastante lineal durante toda nuestra aventura, lo que ayuda mucho a desincentivar la exploración del mundo en que se desarrolla la historia. Esto es una gran pena, pues exploraremos selvas, templos, fortalezas, desiertos, cuevas y realmente vale la pena poder ver algunos de los escenarios que el departamento de arte ha incluido en varios de los mapas del juego. Sin embargo, debido a que durante los primeros niveles hay muy poca exploración útil del entorno, he visto que varios simplemente dejan de buscar secretos fuera del que parece el camino principal.
El haber experimentado este juego en la Nintendo Switch, pudo también haber sido la causa a que, en muchas partes, el conteo de cuadros por segundo sea sumamente inconsistente, en pocos momentos pudimos experimentar los 30 FPS que deberían ser el estándar de este juego. Especialmente cuando se logran transiciones de escenarios al resolver algunos puzzles y cambiar el ambiente, el frame rate cae estrepitosamente y detiene la fluidez incluso de comandos básicos como el correr y saltar, afortunadamente esto no sucede tan invasivamente durante los combates, pero abre nuestras dudas de por qué en estas otras condiciones sí se presentan tales desperfectos gráficos.
Finalmente, un punto muy en contra del juego es la curva de dificultad, pues aunque me pareció que durante el 90% de la campaña la dificultad y variedad de gameplay se van puliendo para enfrentarnos a escenarios más complejos y que cuando les vences la experiencia sea satisfactoria, el último acto del juego usa la carta del Deus ex machina, y en mi opinión nos quita la satisfacción de una lucha más encarnada contra el villano final. Pero dado que esto suele pasar incluso en juegos con presupuestos y expectativas mayores (coff, coff BotW), quizás sea sólo un poco de decepción de mi parte la que escribe estas palabras.
Raji: An Ancient Epic, es una aventura que está diseñada para mostrar un poco sobre los intrincados y emocionantes pasajes de la cultura hindú, la presentación es muy buena, el juego se ve y se escucha de una manera muy gratificante, aunque falsea si hablamos de cómo nos hace sentir ante nuestra evidente falta de control y libertad durante la partida. Con una temática central sumamente atractiva, pero una ejecución bastante fallida, Raji se encuentra entre la gloria y el infortunio en varios puntos del juego.
A pesar de poner a nuestra disposición muchos elementos de personalización para cuando combatimos contra los enemigos de este mundo, las físicas del juego nos impiden poder disfrutar otros segmentos menos orientados a la batalla, los controles durante la navegación de varios de los niveles más verticales se perciben especialmente frustrantes y el que desincentiven la exploración en un juego cuya temática y ambientación me resultan tan interesantes, es una gran pena.
Si eres un entusiasta de otras culturas y el apartado audiovisual de una saga épica situada en el universo de la cultura hindú te llama la atención, seguro amarás los muchos guiños que Raji le hace a esta religión y aprenderás más de un dato interesante sobre estas historias que no suelen tener mucha difusión en Occidente.
Esta reseña fue realizada siguiendo los lineamientos establecidos en nuestro Código de Ética; si quieres conocer más sobre nuestro sistema de calificaciones, da click aquí mismo.