Hace un año algunos rumores y filtraciones apuntaban a que en 2020, la saga de Ubisoft donde nos enfrentamos a una orden secreta que quiere dominar al mundo, nos llevaría a tierra nórdicas tras las entregas que tuvieron lugar en el Egipto faraónico y la antigua Grecia, desde que asocié el concepto de misiones de sigilo con vikingos, confieso que la idea no cuadraba bien en mi cabeza; sin embargo tras haber pasado una buena cantidad de horas explorando esta nueva aventura desde el animus, compartiré contigo si es que Valhalla, cumple con la incursión y vuelve a casa con el botín, o si su barco dragón, simplemente se perdió en el mar.
En Assassin’s Creed: Valhalla, Ubisoft nos lleva a visitar el territorio escandinavo y los parajes ingleses durante en siglo IX, una época en la que los saqueadores o vikingrs, azotaban a los reinos cristianos europeos en búsqueda de recursos para sus pueblos, y claro, un poco de las siempre necesarias riquezas y gloria. Y si el tatuaje de Vegvísir que tengo en la espalda sirve como referencia, este período siempre ha sido uno de los más interesantes para mí, por lo que poder explorarle siguiendo la trama un poco sci-fi que Assasin’s Creed ha venido hilando desde 2007, es la excusa perfecta de volver a jugar una entrega de esta serie que había dejado de lado desde Black Flag y nuestras aventuras por el Caribe pirata.
Mezclando varios recursos de géneros como acción aventura, resolución de puzzles, administración de recursos y mejoras de asentamiento, bastante énfasis en sigilo, y por supuesto continuando la formula híbrida de RPG con mundo prácticamente abierto, presente desde la llegada de Origins, cerramos esta nueva trilogía de los nuevos Assasin’s Creed con una entrada dura y extensa, como invierno nórdico, rodeados de tramas y personajes que han valer la pena el gran viaje que nos espera para conquistar las fértiles tierras de Inglaterra liderando nuestra propia banda de vikingos.
El juego salió al mercado el pasado 10 de noviembre, y se encuentra disponible en prácticamente todas las plataformas, desde Windows, hasta Stadia, por supuesto sin olvidarnos de PlayStation 4 y 5, así como del Xbox One y Series X & S. Considera que las opiniones que expresamos en esta reseña, recopilan nuestras impresiones en la versión para el Xbox One, por lo que, como de costumbre, nuestras experiencias podrían variar contra las que ofrecerá este juego cuando se encuentre disponible en otras plataformas, de especial interés serán las comparaciones que se puedan presentar en términos de rendimiento técnico en las consolas de nueva generación.
Tras un sorpresivamente extenso arco introductorio en Escandinavia, Eivor, el protagonista del juego que bien puede ser mujer u hombre, parte junto al clan de su hermano, el Clan del Cuervo, con rumbo a Inglaterra para conquistar territorio y encontrar un nuevo hogar tras los eventos que suceden durante el prólogo. En esta aventura tendremos que empezar prácticamente desde cero un nuevo asentamiento, teniendo que construir edificios para ir accediendo paulatinamente a mejoras y nuevas historias y misiones; por supuesto sin olvidar que somos vikingos y que POR ODÍN debemos hacer honor a nuestro oficios de saqueadores y los recursos necesarios para asentarnos, tendrán que venir de los pueblos que saquearemos a punta de hacha y flecha.
La trama del conflicto entre Asesinos y Templares, o en esta época llamados Ocultos y Antiguos, respectivamente, queda en un segundo plano a mi parecer de manera muy orgánica, y aunque la estructura de la historia es bastante lineal, vamos a encontrar, si así lo deseamos, un gran número de misiones secundarias, tesoros ocultos y actividades extras con mini juegos que van a aderezarnos un poco nuestra travesía por lo bellos paisajes a los que nos lleva la Saga de Eivor “Matalobos”.
Un elemento que me sorprendió, fue la extensión de las misiones del prólogo, lo que fue una manera muy natural de irnos familiarizando con varios de los términos y mecánicas de juego que Ubisoft trató de dotar a Valhalla para sentirse como una experiencia un tanto diferente a otras entradas en la serie. Tanto el combate, como la exploración, combinan con el ambiente escandinavo al sentirse toscos y algo pesados, que aunque bien podrían disuadir a algunos fans de otras entregas de Assasin’s Creed, para mí funcionan muy bien como elemento de ambientación.
Contando con una extraordinaria representación de los paisajes del norte europeo, y de la campiña inglesa, el mundo del juego se siente fascinante y nos invaden desde el inicio las ansias por explorarle. Pues hasta transportarnos por el mundo de Valhalla, es una muy grata experiencia, ya sea a lomo de caballo (o lobo), o embarcarnos en nuestro drakkar junto a nuestra tripulación vikinga, y recorred las riveras inglesas mientras escuchamos canciones e historias de proezas pasadas, es uno de mis gustos culposos mientras me desplazo por el mundo de Eivor por la ruta escénica en lugar de sólo usar el viaje rápido.
El combate es también un elemento que me resultó sorpresivamente variado, pues tendremos a nuestra disposición una gran variedad de armas y equipos que no iremos descartando en el camino, sino que nos acompañarán durante nuestra aventura y podremos mejorarles junto con nuestras habilidades. Si bien ha sido considerado prácticamente un meme el tener la libertad de incluso combatir con un par de escudos como armas en esta aventura, lo cierto es que esta flexibilidad cumple dos funciones muy apreciadas, por un lado nos otorga un gran de personalización que desborda personalidad y por el otro, nos permite forjar una estrategia propia para enfrentar los muchos retos que esta historia nos depara.
Un elemento que acompaña al combate como tal, y que sazonas de manera diferente la aventura en Valhalla son las habilidades y aptitudes; las primeras se presentan a manera de un skill tree un poco complejo, pero debido a que el juego nos permite la flexibilidad para asignar y resetear a nuestro antojo los puntos asignados a en estas habilidades, siempre podemos adecuarnos a la situación para enfrentar una misión de sigilo muy compleja, o para ser un arma viviente en el combate cuerpo a cuerpo, la decisión y estrategia dependerán enteramente de nuestro criterio, y eso me encantó! Mientras que las aptitudes, son aprendidas mediante libros de conocimiento, esparcidas por el mundo del juego, y que nos permitirán el acceso a acciones especiales que, sobre todo en el juego temprano, nos serán de mucha ayuda para derrotar oponentes muy por encima de nuestro nivel.
Tomando los párrafos anterior, considero que el punto más fuerte de Valhalla, en mi opinión, es la flexibilidad y personalización que el mundo nos ofrece. Incluyendo las misiones a realizar o el enfoque de exploración que nos permite el juego, todo depende de que nos decidamos a buscar lugares, personajes y equipamientos secretos para que nuestra Saga sea rica y nos acompañe al salón de Odín (o de Freyja, que ella también tiene el propio para sus guerreros antes del fin del mundo).
El juego cuenta con distintos niveles de dificultad que nos permitirán adaptar el desafío que viviremos en nuestra aventura vikinga a nuestro antojo, y siendo que han pasado varias entregas desde que jugué un Assasin’s Creed, yo opté por as opciones estándar, sin embargo este nivel puede ajustarse en cualquier punto de nuestra aventura, para aquellos que vayan sintiendo ganas de un desafíos más (o menos) demandante.
Y si bien podrás darte cuenta que Valhalla es un juego que me ha gustado bastante, hemos llegado al punto donde hay que mencionar algunos de los detalles que han afectado nuestra aventura. Pues, al igual que un invierno vikingo, hay momentos en los que el juego, simplemente se vuelve demasiado tosco y se le perciben ligeras faltas de pulido.
A pesar de que el combate es más lento que en otros juegos de la serie, y para mí tiene mucho mérito por aportar a la inmersión de lo que sería vivir en la época vikinga, la inteligencia artificial de muchos enemigos (y aliados) es muy mala, en Inglaterra nos hemos encontrado a algunos de los oponentes más torpes que hayamos visto, incluso comparándolos con algunos enemigos menores de tiempos del lanzamiento de Witcher 3, en ocasiones no se percibe un peligro real por parte de estos personajes ni siquiera durante el inicio de la aventura cuando nos enfrentamos a enemigos muy sobre nuestro nivel, y eso afecta un poco el grado de inmersión en el juego.
Asimismo, varios detalles gráficos se ven poco trabajados, y aunque bien pudiéramos “culpar” a estar usando una consola que está a punto de retirarse, no creo que aspectos como varias de las texturas y aspectos de NPCs y enemigos, deban verse tan mal, como en algunas secuencias cinemáticas llegan a parecer. Aunque el mundo del juego es bellísimo, muchas veces sus habitantes muestran una falta de detalle algo preocupante.
Un aspecto que parece ser algo prácticamente asegurado en los juegos de mundo abierto, es el riesgo constante de que la misma geometría del ambiente nos juegue en contra, y Valhalla, desafortunadamente, sigue esta tendencia, pues en ocasiones veremos a Eivor caer de cierta altura, y permanecer flotando unos momentos en lo que el juego detecta alguna colisión contra algún elemento del mundo encerrándonos en un loop donde sólo saldremos al cargar un autoguardado anterior al momento de escalar la pendiente por la que hemos caído. O un caso similar, es cuando alguno de nuestros aliados queda “atrapado” sobre una columna o torre, porque se mezclan los últimos dos puntos, la IA del personaje lo ha llevado a un punto donde no puede maniobrar adecuadamente y el juego no procesa la geometría adecuada para que el NPC pueda cambiar su posición.
Las interacciones con NPCs también son demasiado burdas, pues habrá muchos escenarios en los que tanto Eivor como nuestro interlocutor, se encuentren conversando mirando hacia algún punto perdido del espacio, interactúan de manera poco natural y que rompe (nuevamente) la inmersión en el mundo del juego y la progresión de la historia. Asimismo, por la misma configuración de mi consola, hemos jugado con la versión al español ibérico, que salvo en contadas excepciones, a veces se siente con un interpretación forzada y poco natural, la voz de Eivor y de los personajes de la era moderna nos parecen adecuada la mayor parte del tiempo, pero la de la mayoría de enemigos y NPCs, no parecen tan bien cuidadas.
Assassin’s Creed: Valhalla, es una aventura que está diseñada para situarnos en un ambiente atractivo e interesarnos en la trama y la exploración de un mundo que, aunque está abierto a nuestras anchas, nos recibirá de manera desafiante. Y aunque técnicamente ha dejado bastante que deber para brindarnos una experiencia inmersiva de calidad, cuenta con suficiente personalidad para mantenerte durante decenas de horas mientras escribimos la Saga de Eivor y nos preparamos para los efectos que esta aventura tendrán para el futuro de la humanidad al desincronizarnos del animus para volver al mundo real y encontrar el estado en que se encuentra (es decir, en el universo del juego incluso se menciona al Covid y…¡ESO ES MUY META!).
Siendo un gran fanático de los juegos que incentivan la exploración y que acentúan las ventajas estéticas y de gameplay para incluir herramientas de personalización, aprecio bastante el grado de flexibilidad que nos ofrece Valhalla. Y aunque mi arma preferida es usar dos hachas cortas y abrirme paso en un estilo plenamente ofensivo, es cierto que en ocasiones he tenido que tomar un enfoque diferente y bien convertirme en un as del sigilo, o entrar de manera más defensiva para enfrentarme a un duro jefe.
Aunque el conflicto de asesinos y templares, se queda de lado durante buena parte de la trama, siempre se mantiene presente como elemento secundario que poco a poco va cobrando notoriedad, y esa progresión me ha parecido muy orgánica y me dio la impresión de que tanto Eivor como yo, nos íbamos adentrando en ese mundo, como resultado de las experiencias que pasábamos juntos, los elementos más místicos y fantásticos conviven con un realismo crudo que seguramente ejemplificaba el ambiente de la época y que le agradezco a los desarrolladores por incluir como elementos para hacer una experiencia más sólida.
Si eres un fanático de las primeras entregas de Assasin’s Creed, o incluso si te encantaron Origins y Odyssey, quizás te encuentres con una aventura menos refinada en Valhalla, pero que sin lugar a dudas se manifiesta como una entrada digna, aunque menos refinada de la fórmula de la serie. Elementos que Eivor y su clan se encargarán de ehcar por la borda de su barco dragón, para que te sumes a la exploración y conquista de Inglaterra junto con ellos. Si te agradan los juegos donde puedes hacer de todo, aunque sea un poco extenso, ¡Assasin’s Creed Valhalla te espera con una gran pinta de cerveza lista para pelear por los dioses!
Agradecemos con un sacrificio digno de Odín al equipo de Ubisoft en nuestra región por el apoyo para realizar esta reseña, así como la facilitación del código de reseña para explorar la Saga de Eivor. Esta reseña fue realizada siguiendo los lineamientos establecidos en nuestro Código de Ética.